sábado, 3 de enero de 2009

LECTURA DE BEATRIZ DELGADO EN EL FUNERAL

" Querida Olguita:

A ninguno de los que estamos aquí nos resulta fácil decirte hasta luego. Has sido demasiado intensa para sentirte desde lejos.

Para el mundo de la danza en Valencia tu figura ha sido imprescindible. Hace ya muchos años introdujiste una forma distinta de enseñar, un método, los conocimientos, la disciplina, transmitiendo al tiempo lo más bello de la danza. Es difícil describir la fuerza y la ilusión con que ideabas cada espectáculo, desde los festivales de la Escuela hasta los espectáculos de aquel Vaganovos: con cada coreografía, en cada clase, en cada ensayo convivían tu genialidad, tu sentido del orden, y tu sentido del humor. Siempre con esa elegancia innata en ti, te pusieras lo que te pusieras.
Olga, cuando dabas una clase quienes las recibíamos te mirábamos fascinadas, hacías de la dificultad un reto, transmitías las correcciones siempre con respeto con aquellas manos tan tuyas. Enseñabas para amar la danza, por eso tu escuela hizo escuela y sigues presente en clases de ballet, en el Conservatorio, en las bailarinas que formaste que han recorrido otros escenarios fuera de España, llevando siempre tus primeras enseñanzas, tu buen hacer y transmitiéndolo hoy a otras gentes. La danza en Valencia tiene un referente en ti, Olga, en tu labor, en tantos años de dedicación, en tanto esfuerzo. Gracias por todo ello.

Pero además Olguita, nosotras somos herederas de algo si cabe, más importante. Estas en nuestras vidas desde los ocho o diez años, y por eso somos algo tuyas, formas parte de nuestras vidas. Nos diste las referencias de la renuncia (¡adiós discotecas!), del tiempo bien aprovechado, nos hacías estudiar entre ensayo y ensayo, y nos enseñabas a hacer punto para no perder tiempo, de la perfección en el trabajo, mil veces repetido un ensayo hasta las doce de la noche de los viernes. Y al tiempo tantas risas, tantas bromas, ¿Te acuerdas David como nos hemos reído juntos? ¡Qué suerte tuvimos Olguita de tenerte, de que coincidieras en nuestras vidas!.
Nos sacaste de la normalidad y de lo cotidiano. Viajamos contigo a aquel Paris de mediados de los setenta, cuánto trabajo para convencer a nuestros padres. Nos llevaste a mil cursillos para que aprendiéramos de otros profesores (te veías hecho aquello de cargar con ocho o diez crías). Conocimos personas maravillosas gracias a ti, y formaste nuestra pequeña gran compañía de Vaganovos, donde nos diste un mundo mágico lleno de ilusiones. Creo que siempre viviremos un poco de aquella experiencia, por cómo nos hiciste vibrar y disfrutar de la danza combinando el esfuerzo y la ilusión.

Bueno pues que sepas hoy, que sabemos que todo esto sólo se hace por amor y cariño, porque nos querías mucho, a todas a cada una como era, y eso lo sabíamos porque lo transmitías.

¿Qué más decirte Olga? Pues un gracias enorme que se sale, que te queremos, que seguimos contigo de la forma que sea, y que te deseamos buena suerte en este viaje misterioso que has iniciado. Un beso fuerte de todo tu grupo".


Beatriz Delgado

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